El Cráneo de Calaveras

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El Cráneo de Calaveras es un cráneo humano descubierto por unos mineros el 25 de febrero de 1866 bajo una capa de lava en una mina, a 39 metros bajo tierra, en el estado de (por paradógico que parezca) Calaveras en California. La importancia del descubrimiento es muy grande puesto que dicho cráneo pertenecería al Plioceno, época de los grandes mamíferos. Lo que demostraría que los humanos compartirían hábitat hace millones de años con animales como los mastodontes o grandes aves como el Titanis, cosa que hasta entonces se creía imposible.

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Titanis

El hallazgo fue entregado al geólogo Josiah Whitney, profesor de geología en la Universidad de Harvard. Éste había publicado su creencia de que los humanos, mastodontes y elefantes coexistieron. Después de estudiar el cráneo llegó a la conclusión de que era la prueba que le faltaba para demostrar su teoría. El anuncio se hizo oficial en una reunión de la Academia de Ciencias de California el 16 de Julio de 1866, declarando el cráneo como clara evidencia de la existencia del hombre en Norteamérica durante el Plioceno, siendo por tanto el resto humano más antiguo del continente americano.

Una noticia inesperada

Tres años más tarde de hacer el anuncio, un diario de San Francisco publicó la confidencia de un minero, en la cual afirmaba que el cráneo había sido colocado en la mina para gastar una broma a Josiah Whitney, pues conocían  sus investigaciones por esa zona.

En 1879 Thomas Wilson analizó el contenido de flúor del cráneo y determinó que el cráneo era reciente. Ya no había más lugar a dudas…

Por aquel entonces ya se creía que evidentemente era un fraude, como curiosidad basta decir que incluso se llegó a escribir un poema satírico titulado “Al cráneo del Plioceno”. Aún así Whitney nunca dejo de creer en su autenticidad al igual que su sucesor en Harvard, Frédéric Ward Putnam.

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F. Putnam

Putnam, decidido a descubrir la verdad, se desplazó a California. Allí se le informó que en 1865 se habían desenterrado unos cráneos de un cementerio indígena cercano, los cuales fueron colocados en la mina para que fueran descubiertos por los mineros. Putnam erró en su cometido, puesto que por mucho que investigara nunca pudo tener la certeza de que se hubiera seguido una cadena de custodia, por lo que declaró que «sería imposible determinar el lugar en donde fue encontrado».  Por lo tanto no pudo declarar su falsedad, aunque tampoco que fuera originario del Plioceno.

Desde entonces durante más de un siglo, dicho cráneo fue utilizado como demostración por los creacionistas para probar que el ser humano ha existido desde el inicio de la creación, tal y como la Biblia narra.

La ciencia al rescate

Todo este embrollo iba a terminar en el año 1992, cuando los investigadores R. Taylor, Louis Payen y Peter Slota de la American Antiquity Society publicaron un informe donde recogieron los datos de sus investigaciones. En él plasmaron los resultados de la prueba del Carbono 14 y espectrometría con acelerador de masas, los cuales certificaron que el cráneo pertenece al Holoceno tardío, es decir posterior al 10.000 a.C. y posiblemente cuente con pocos miles de años, situandolo en el Neolítico.

Raquel Rodriguez Juan

Fuentes:

https://www.jstor.org/stable/280732

http://hoaxes.org/archive/permalink/the_calaveras_skull

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